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Historia de Madrid

3º Relación entre la Duquesa y el Pintor

3º Relación entre la Duquesa y el Pintor

Siempre ha existido una romántica leyenda que daba como modelo de estos lienzos a Maria Teresa de Silva y  Álvarez de Toledo, decimotercera Duquesa de Alba nacida en Madrid en 1762 y seria bueno conocer algo de la espléndida relación entre esta dama y su relación con el pintor.

 La relación sentimental entre Goya y la Duquesa de Alba se ha dado por supuesto sin que existan pruebas fehacientes, y su biógrafo Tormos asegura que existen pruebas documentales de ello en la correspondencia secreta de un embajador de Catalina II de Rusia que hoy se encuentran en los archivos de Estado de San Petersburgo, sin que hasta la fecha se hallan verificado. 

Si que se han documentado la relación afectiva de Goya por la Duquesa, sin que esta dama correspondiera a los sentimientos de un Goya cincuentón y sordo mientras que ella contaba 33 años en esa fecha, y era la comidilla de la alta sociedad de Madrid, por su afición a llamar la atención por su vida disipada y su belleza.  

Goya, si nos deje algunas pistas de su admiración por la de Alba. La primera  de ellas se apoya en una carta que escribe a su amigo Zapater en Julio de 1794 (a tenor de los sucesos que narra en ella) pero que en plan jocoso fecha en Londres el 2 de agosto de 1800. En ella dice 

Mas te balia venirme a ayudar a pintar a la de Alba, que ayer se me metio en el estudio a que le pintase la cara y se salio con ello; por cierto que me gusto mas que pintar en lienzo, que tambien la he retratado de cuerpo entero y bendra apenas acabe yo un borron que estoy aciendo de el Duque de Alcudia a caballo, que me embio a decir me avisaría y dispondría mi alojamiento en el sitio, pues me estaria mas tiempo del que yo pensaba,Te aseguro que es un asunto de lo mas difícil que se le puede pedir a un pintor.  

La segunda pista se desprende del retrato con mantilla, de la Duquesa de Alba, fechado en 1797 que se encuentra en Nueva York (Hispanic Society) en donde la duquesa luce un anillo en el que se lee “Alba Goya” y en la arena a los pies del modelo a modo de firma “Solo Goya 1797” la palabra solo estuvo oculta hasta 1964 en que una restauración la encontró y dejo a la luz publica lo que el pintor había dudado de exponer a la vista de todos en su dedicatoria.  

El tercer indicio se encuentra el los dibujos del álbum de Sanlucar donde aparece la duquesa en tres o cuatro hojas y en dos laminas de los caprichos una de ellas inédita hasta 1864 titulada igual que un dibujo preparatorio del grabado “el sueño de la mentira y de la inconstancia” además del numero 61 de los capricho, “Volaverunt” 

El mencionado dibujo que jamás se publico pero que existe una prueba de el, en la Biblioteca Nacional de Madrid, nos representa a una duquesa de Alba con unas alas de mariposa y dos caras, esta apoyada en el hombro de Goya mientras que con la mano derecha toma la mano de otro hombre que esta en segundo termino. En el primer plano del dibujo se representa a otra mujer de doble cara que tendida junto a la Duquesa también coge la mano del hombre misterioso. Una serpiente, un sapo y un gnomo situados delante de la escena representan los vicios que unen a los representados. 

Otros datos, como la mención de Goya en el testamento de la  Alba donando una cantidad al pintor  y a su hijo de por vida no pueden considerarse prueba dado que el testamento fechado en 1797 y en Sanlucar hace cesión de bienes de la duquesa a las personas que están a su servicio, damas de honor, médicos, administradores, pajes, sirvientes, hasta menciona a “benito mi tonto” y por supuesto a la negrita Maria Luz. 

En realidad podemos ver a la duquesa como una persona que se presta a una despreocupada camaradería con todos aquellos con los que se relaciona, como se pueden apreciar en dos cuadros de Goya del año 1795 la Duquesa de Alba y la Dueña en el Museo del Prado y otro “La dueña de la Duquesa de Alba con la negrita Maria Luz y el paje Luis Berganza” de colección particular, en ello se desprende la afición de la  Alba a bromas y carantoñas con sus servidores que mas parece un trato de camaradería que el debido trato al servicio de la casa. 

Por otro lado esta perfectamente documentado los dos viajes que Goya realizo por tierras andaluzas, y la relación que ambos viajes tuvieron con la Duquesa de Alba, en la que se adivian una franca camaraderia producto de una profunda amistad.

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